Este mural es un tributo al artista Jaime Sumárraga, quien fue maestro y mentor del autor. La obra reproduce una de las creaciones de Sumárraga, trasladándola al mural como un homenaje a su influencia y legado en la formación artística del autor. A continuación, se presentan dos murales adicionales que representan danzantes, creados por el autor, reflejando la continuidad de las tradiciones culturales y la transmisión del conocimiento artístico de generación en generación. La serie completa destaca la importancia de honrar a los maestros que han dejado una huella indeleble en el desarrollo del arte local y la preservación de las costumbres ancestrales.